Cuando Dejamos de ser Niños
Mi trabajo visual se ha desarrollado bajo el tránsito que existe entre la paradoja del dolor y el placer, un vínculo que forja un trayecto sagrado y profano. Esta obra se materializa desde el cúmulo y exceso de un mismo objeto (clavos) dejando atrás su uso habitual para tomar un nuevo sentido, apostando a la re significación de estos. Al mismo tiempo, busca poner en conflicto paradojas sensoriales como el placer y el dolor. El sentido común muchas veces nos dice que las personas buscan el placer y huyen del dolor, sin embargo, existen muchas actividades voluntarias que implican dolor. Los niños son quienes se enfrentan desde temprana edad a esta praxis, donde sus límites oscilan entre el placer y el dolor como un ejercicio curioso. La obra Cuando dejamos de ser niños busca representar un ejercicio curioso para el espectador, que lo interpele e invite a reconocer y recordar emociones qué se vinculen a experiencias de placer y dolor. La obra busca que una cama elástica de infancia cubierto de clavos busque seducir, atraer, tocar, experimentar y mover sentimientos frágiles al dolor.